La Sexta acaba de estrenar El jefe infiltrado, un reality en el que diferentes directivos se hacen pasar por aprendices para adentrarse en sus empresas y conocer de primera mano qué funciona y qué no. El formato deja una conclusión clara: la mayoría de los jefes no saben cómo se trabaja y qué problemas hay en el día a día de sus compañías.
"Son muchos, sobre todo cuando las empresas son grandes, los directivos que sólo conocen una parte de sus organizaciones. A veces ocurre porque las compañías están demasiado jerarquizadas, pero en otras ocasiones lo que tienen es miedo a salir de su cajón de seguridad. Es un error porque es muy importante escuchar y ver lo que ocurre para poder analizar mejor los problemas y tomar mejores decisiones", asegura Ceferí Soler, profesor de Dirección de Personas y Organizaciones en Esade.
En opinión de Margarita Mayo, profesora de RRHH de IE Business School, recibir la información de primera mano es algo clave. "Los directivos se dan cuenta de los problemas cuando los viven en primera persona. Además, suelen sorprenderse de la cantidad de información que los empleados les pueden aportar, por no hablar del impacto sobre la motivación de los trabajadores que tiene el ver que a su jefe le importan sus problemas", afirma Mayo.
Ambos expertos sostienen que para que el esfuerzo del directivo tenga éxito, se deben cumplir algunas premisas: que los empleados no sepan que están hablando con sus superiores para que sean sinceros o, que si lo saben, el jefe adopte una posición de escucha y no de mando o de recriminar los problemas que se hayan detectado. "Cuando lo hacen, se dan cuenta de que en la mayoría de los casos, los empleados están por encima de las expectativas que se tiene de ellos y obtienen una información que les ayudará, sobre todo, a gestionar mejor las operaciones internas de la compañía, así como los recursos humanos para adaptarlos a la estrategia", dice Margarita Mayo.
Además, "no estaría mal que no se hagan este tipo de experiencias sólo con los empleados, sino también con clientes o proveedores. No hay nada más operativo que acercar la gente que toma las decisiones a los problemas sobre los que hay que decidir", concluye Ceferí Soler.