En un encuentro auspiciado por Unify, que se celebró en Servimedia, y en el que estuvieron presentes Jose Ramón Pin, economista y profesor del IESE; Ana Herrero, Directora de Proyectos y Servicios de Forética; Ángel Mahou, director de Sistemas y Tecnologías de la Información de Red Eléctrica de España; Stephanie Szweifel, responsable de la red de empresas de la Fundación Más Humano; Belén González, directora de Marketing y Comunicación en Unify; Jaime García Cantero, experto en nuevas tecnologías y profesor de EOI; y el economista Juan Royo, coincidieron en poner a las personas en el centro de la nueva forma de trabajar a la que deben adecuarse las organizaciones.
El mayor grado de desarrollo tecnológico, que está cada vez más presente en el día a día de las personas, ha conllevado un nuevo paradigma en el que “el trabajo se ha convertido en una actividad y no un lugar” según García Cantero. Para García Cantero “estamos ante un nuevo modelo de empleo que ha surgido de un profundo cambio social”.
Precisamente Pin puso el énfasis en el modelo económico participativo, en el que las tecnologías de la información y comunicación añaden valor. Aseguró también que se ha producido un cambio en la forma de dirigir a las personas, en las que se debe de tener en cuenta unos objetivos y no unas tareas, además tienen que describir niveles de emoción de los componentes de los equipos.
Por su parte, Szweifel aseguró que el valor diferencial de las empresas está en las personas. Los individuos de la sociedad del siglo XXI responden a una nueva forma de comportamiento y las organizaciones deben de acomodarse a él, con objetivo de ser competitivos y poder retener el talento que le aporte un valor diferencial frente al resto, a la vez que se apuesta por una entidad más humana.
El problema surge cuando según Angel Mahou se trata de implementar la nueva forma de trabajar correspondiente a la actualidad en compañías que todavía se siguen comportando desde un punto de vista organizativo como en el siglo XX. En este sentido Pin reiteró que se requieren liderazgos distintos y aptitudes de las personas.
De igual forma, Ana Herrero aseguró que hay una necesidad de que tanto los individuos como las empresas se adapten a los nuevos modelos de negocio. En cualquier caso, la representante de Forética indicó que la implantación de las nuevas tecnologías debe ir acompañada de una cultura empresarial y la adopción de políticas internas que impidan posibles perjuicios a los empleados.
A modo de conclusión, Belén González afirmó que la nueva forma de trabajar hará que las empresas sean más responsables, comprometidas y humanas, a la vez que productivas, y reiteró la necesidad de liderazgo, formación y aptitud personal.