Tres trabajadores resultaron heridos de gravedad (uno falleció posteriormente) tras la explosión registrada el 1 de julio en la fábrica de Ron Montero, en Motril. En total se produjeron tres deflagraciones en la planta, provocando una gran humareda. La 1ª de las explosiones se registró al filo de las 16:30 horas. A partir de ese momento y cuando los bomberos intentaban entrar, se produjo una 2ª explosión, lo que hizo aconsejable esperar a interrumpir el suministro de alcohol a las instalaciones ante el riesgo de nuevas explosiones, lo que se produjo una hora después en uno de los depósitos. La combinación de gases calientes y alcohol dificultó las tareas de extinción.
Por su parte, la dirección de la bodega Ron Montero de Motril aseguró que las instalaciones cumplen con todas las medidas de seguridad y que, a falta de que se conozcan las causas, aún no se explican lo ocurrido. Andrea Martín, directora de Ron Montero, señaló que cuando en 2007 compraron la bodega, que el año pasado cumplió 50 años de existencia, modernizaron las instalaciones, que cuentan con maquinaria "preparada" para trabajar en el entorno propio de una fábrica de estas características.
"Cumplimos con todas las medidas de seguridad, desde la formación en riesgos laborales a los equipos y vestimentas. Siempre hemos tomado las precauciones máximas", ha indicado la directora. Según dijo, en el momento en el que se produjo la deflagración los empleados estaban realizando una labor "de lo más rutinaria y sin riesgo alguno" denominada "trasiego", que consiste en pasar el alcohol de un tanque a otro. "En la zona hay un ambiente de alcohol, y cuando hay una chispa hay riesgo de que pase lo que ha pasado, pero no entendemos de dónde ha podido salir la chispa, porque toda nuestra maquinaria está preparada para ello", ha incidido.
Aunque la Policía Científica investiga aún las causas que pudieron originar la explosión, los bomberos ya apuntaron a la posibilidad de que la primera deflagración se produjera por una acumulación de gases en la salida de uno de los depósitos de alcohol a raíz de que saltara alguna chispa de origen desconocido.
La Policía Científica de Granada se hizo cargo de la investigación para esclarecer las causas que originaron la explosión, y el día 7 de julio se supo que había llegado a la conclusión de que la explosión no fue intencionada sino "fortuita y accidental". Los agentes han dado por finalizadas las labores de investigación en las instalaciones, donde estuvieron recabando pruebas para determinar las causas exactas de la explosión. Los expertos finalizarán ahora su informe y lo remitirán al Juzgado que lleva el caso.
Fuente: Prevención Integral & ORP Conference.