Los nuevos edificios energéticamente eficientes están llenos de sensores y disponen de sofisticadas tecnologías, pero los seres humanos que supuestamente se benefician de estas tecnologías son a menudo dejados de lado. Se trata de un grave error, porque los seres humanos pueden ser jueces importantes de la temperatura, la calidad de la iluminación y otras características funcionales clave del edificio, y podrían retroalimentar sus datos para que los procesos de control fuesen más precisos y eficaces.
Este es el objetivo que la empresa Crowd Comfort, con sede en Boston, quiere conseguir con su plataforma participativa de los ocupantes del edificio. La versión beta de su plataforma permite a los ocupantes del edificio opinar sobre la calidad de la iluminación, la temperatura y la velocidad del aire en el lugar donde se encuentran.
El sistema es muy simple. En distintos puntos del edificio se instalan pegatinas con un código QR que contiene la información sobre la geolocalización de la etiqueta, y cualquier persona que se haya descargado previamente la app puede enfocar la cámara del teléfono móvil a la etiqueta y a continuación "votar" sobre la calidad térmica del ambiente en una escala de cinco niveles que va de "muy frío" a "muy caluroso".
La idea no es nueva, pero los intentos anteriores basados en el empleo del GPS del smartphone fracasaron porque la geolocalización no era suficientemente precisa. Con el sistema de etiquetas con código QR, en cambio, la geolocalización es total.
A partir de ahí, "Una vez que está instalado, todo el mundo puede descargar la aplicación de forma gratuita - es independiente de la plataforma", dijo Graham. Ahora, en lugar de llenar un formulario o enviar un correo electrónico a los gestores de la instalación, los empleados pueden escanear rápidamente la etiqueta, dar su informe de comodidad, donde el gerente de la instalación puede obtener la información.
El proceso no permite solo la participación de los empleados, sino que permite explorar los límites de ahorro energético que no generan inconfort. Por ejemplo, si aumentamos 1ºC la temperatura en verano, lo que comporta un ahorro notable en energía para la refrigeración, ¿hay mucha gente que se queja?
En el fondo se trata de un ejemplo más del "internet de las cosas" en el que los objetos intercambian a través de internet la información recogida por sus sensores que, en este caso, son las personas.
El sistema está en pruebas, con buenos resultados, en unas instalaciones de 30.000 metros cuadrados que la empresa General Electric posee en Billerica, Massachusetts.
Fuente: Greentechmedia