En algún momento de nuestra vida nos hemos cruzado, o si no seguramente lo hagamos, con gente tóxica por el camino. Personas que de algún modo ponen nuestro mundo patas arriba y provocan desajustes en nuestra salud física y mental. Pueden poner de los nervios, inducir ansiedad, irritabilidad, amainar incluso nuestra autoestima y, en el peor de los casos, contribuir o generar depresiones importantes. Estas relaciones tóxicas se dan no sólo en parejas sino también con amigos, compañeros de trabajo, o incluso con familiares. ¿Cómo debemos actuar?
«Una persona envidiosa es capaz de utilizar la insidia y la mentira en sus actuaciones. Nuestra respuesta y actitud debe ir encaminada a debilitar sus estrategias. El envidioso sólo se frena ante nuestra seguridad», admite Mª Jesús Álava Reyes, directora del centro de psicología Álava Reyes de Madrid y autora del libro Trabajar sin sufrir.
Aprender a manejar determinadas situaciones y adoptar herramientas para poder enfrentarse cara a cara con algunas personas es crucial para salir ileso ante ciertos comportamientos. «Hay muchas bajas laborales inducidas por malas relaciones con los compañeros o incluso con el propio jefe», mantiene Mila Cahue, psicóloga del mismo centro.
Estas situaciones suelen llevar a estados de estrés o ansiedad que incapacitan el rendimiento de estas personas, llevándolas a tener que dejar su trabajo en muchos casos. «Del 50% al 60% de las ausencias al trabajo que se producen al año están ocasionadas por situaciones de estrés», según un informe elaborado en 2009 por la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (European Agency for Safety and Health at Work, EU-OSHA). Es más, estimaciones recientes de la Organización Mundial de la Salud señalan que «la ansiedad y la depresión serán la principal causa de baja laboral en las naciones desarrolladas en el año 2020».
Para acceder a la información completa: http://www.elmundo.es/salud/2014/11/10/545f6396e2704e006e8b4574.html?a=0c2c522e03a14262e70d8591e66c4055&t=1415604042