El transporte público está plagado de mitos. Generalmente, la posibilidad de contraer infecciones genera más inquietud en la población al viajar, al desplazarse de un lugar a otro y al estar en contacto directo o indirecto con desconocidos, que si no salen de casa.
De hecho, una de cada diez personas considera que evitar los espacios y el transporte público es la mejor forma de no coger un resfriado o una gripe, señala el Hygiene Council.
Pero la realidad es que los microbios están en todas partes, hay muchos en casa e incluso, en nuestro cuerpo. «Nosotros también tenemos microbios, no somos seres estériles, están presentes en nuestros fluidos, en la piel...solo en la boca hay 300 especies diferentes», señala Juan Antonio Sáez Nieto, jefe de área de bacteriología del Instituto de Salud Carlos III.
«En todos los sitios en los que se aglomera gente hay intercambios de microbios, no ambientales sino los que tiene cada persona. Al estar más cerca puede que una persona estornude, tosa, vomite y así se transmitan infecciones por vía áerea. Esto se produce en cualquier espacio cerrado y en el que se aglomera gente: no solo el transporte público sino también un estadio, el cine...es decir, cuando aumenta el número de gente en un espacio pequeño aumenta el riesgo de transmisión de enfermedades por via aérea», explica Nieto.
Sin embargo, el experto señala que estas situaciones no pueden evitarse y no son de gravedad. «Los billetes también tienen microbios», ejemplifica. De hecho, el 69% de los españoles considera que las monedas y los billetes son una fuente de gérmenes y bacterias, pero solo el 17% de ellos siempre se lava las manos tras manejar dinero efectivo, según un estudio de estudio de MasterCard y la Universidad de Oxford.
Pero al margen de las situaciones frecuentes en las que estamos expuestos a los microbios, se producen otras más preocupantes. «Otra situación es que una persona con una herida transmita un microbio al tocar una superficie que luego toque otro, pero esas situaciones no se producen con frecuencia».
En cualquier caso, Nieto recomienda una medida básica para evitar la transmisión de cualquier organismo: lavarse las manos.
Y también recuerda que «estamos hablando de microbios, no hay que tener preocupación. Si todos los microbios generaran infecciones no habría personas sanas».