Hacer de nuestro trabajo una rutina, es malo para la salud mental y repercute gravemente en nuestro rendimiento laboral. Abandonar los malos hábitos, se nos hace todo un mundo porque, queramos o no, nos cuesta innovar y romper con el modo repetitivo de hacer las cosas. Sin embargo, cada día más, las empresas demandan que su personal sea creativo, eficiente y competitivo. Y eso solo se puede conseguir si somos capaces de salir de la rueda del tedio y del aburrimiento en el que, por el paso del tiempo y la baja autoestima,nos hemos metido.
Hacer una lectura positiva de mi labor en una empresa es mucho más productiva que "lamerse las heridas" continuamente y cantar, casi a coro, ese sonsonete que afirma: "eso no va a cambiar nada". La rutina, obviamente, forma parte del mismo sistema de producción. Ahora bien, ver con otros ojos mi trabajo es lo que realmente va a hacer que viva con más calidad mis relaciones laborales y sea más productivo en el tejido empresarial. ¿Y cómo hacerlo? ¿Por dónde empezar? Ahí van algunas pautas sencillas y simples , pero eficaces,que puede cualquier mortal hacer para salir del escrupuloso oscurantismo que deja el tiempo.
El primero, saluda y desea buen trabajo a tus compañeros. Este simple consejo si se hace, predispone para un enriquecimiento efectivo, personal y colectivo. El segundo, repasa las tareas asignadas y distribúyelas con orden lógico y racional. La seguridad de tener una planificación racional quita mucho estrés y "despeja la mente" haciéndote más eficaz y novedoso.
El tercero, ejecuta con belleza lo que estés haciendo. No basta con hacer tu trabajo bien, sino hacerlo con belleza. No caemos en la cuenta que siempre, de algún modo, lo que producimos es parte de nuestro ser personal; considéralo como algo tuyo, una obra maestra tuya y verás como el resultado será del todo fructífero.
El cuarto consejo, al terminar la jornada deja tu espacio ordenado y limpio y prevé la labor que tendrás que hacer mañana. Eso hará que tu espacio confortable continúe hasta tu casa, pues, sentirás, que lo hiciste bien y de manera bella y acabarás la jornada teniendo sensaciones agradables y placenteras. Por último, no dejes de despedirte de tus compañeros de oficio con expresiones como: "que descanses" o "hasta mañana, un placer un día más".