Horarios flexibles, trabajo desde casa y recompensas. Parece una utopía, pero estos tres conceptos pueden mezclarse en el mundo laboral. Es más, no sólo pueden, sino que “deben”. Así lo afirma Juan Luis Polo, fundador de la empresa Territorio Creativo (TC) y coautor –junto con su hermano Fernando– de ‘#Lidertarios’ (Gestión 2000).
Para estos emprendedores, la empresa no se entiende sin la felicidad de sus empleados, algo que se consigue trabajando la confianza propia: “He aprendido que lo que da la felicidad es la confianza en nosotros mismos, y en TC trabajamos para ayudar al equipo a ello y hacerles saber que cada uno de los trabajadores cuenta”, afirma Juan Luis.
Esta línea empresarial se opone a la tradicional estrategia del “jefe rígido e inaccesible”. En ‘#Lidertarios’, los Polo aseguran que el mayor obstáculo al que se enfrenta un directivo es su propia condición de “animal de costumbres”.
Según Juan Luis Polo, para que una empresa consiga clientes fieles es necesario trabajar primero con los empleados de la empresa. "Empleados primero, clientes después”: el cliente está contento si el trabajador que le atiende se siente a gusto e involucrado en su empresa, ya que sentirá como propio el proyecto y hará todo lo posible para solucionar el problema al que se ha enfrentado.
¿Cómo se consigue compromiso por parte de los trabajadores? "Es imposible". Así de contundente se muestra Juan Luis Polo al ser preguntado sobre si es viable inocular compromiso en los trabajadores. “A diferencia de la orden directa establecida por el modelo jerárquico, el compromiso no se impone. Es más difícil de conseguir, pero cuando se consigue, es inviolable”, asegura.
“El salario emocional es la mejor inversión”. Aunque a simple vista este modelo idílico tiña de rosa la visión laboral del mundo, Juan Luis se sincera diciendo que TC “no es una comuna hippy” y buscan objetivos económicos como cualquier otra empresa. Polo insiste en que una cosa no quita la otra: para alcanzar esos fines hace falta “sacar el máximo rendimiento a las personas, ponerlas en el centro haciéndolas partícipes e involucrándolas con el proyecto”.
Algunos ejemplos refuerzan la teoría de ‘#Lidertarios’, tal y como sucede en empresas como Rastreator, ING Direct, Ciberclick (que acaba de recibir el premio a la mejor empresa española para trabajar) o Dulcesol, donde la cosa cambia cuando detrás de las metas finales con forma de número aparece una sonrisa para dar los buenos días, unas risas entre compañeros o un agradecimiento por un trabajo bien hecho. En palabras del propio Juan Luis, “trabajar el salario emocional de las personas es la mejor inversión”.
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