El absentismo acostumbra a ser un fenómeno anticíclico con la economía, lo que quiere decir que cuando la economía no va bien, el absentismo mejora (baja) y cuando la economía mejora, el absentismo empeora (sube). En este sentido, en 2015 se consolida el cambio de tendencia iniciado en 2014 con un repunte tras seis años de disminución continuada.
Durante el pasado año, periodo en el que el número trabajadores afiliados al Sistema de la Seguridad Social se ha incrementado en un 2,57%, el conjunto de mutuas colaboradoras con la Seguridad Social han aumentado las prestaciones por incapacidad temporal, tanto por contingencias comunes (12,20%), como en contingencias profesionales (8,76%), respecto del ejercicio 2013. Las patologías lumbares y las asociadas a las vías respiratorias, como la gripe, continúan siendo las más prevalentes en enfermedad común, y las patologías psiquiátricas se consolidan en tercer lugar, con una duración media de la baja más elevada, que supera ya los 90 días, según datos de Asepeyo. En cuanto al accidente de trabajo y enfermedad profesional, tras una disminución del 54,7% de los casos con baja en el periodo de 2007 a 2013, 2014 ha supuesto un incremento del 3,28%.
Con el objetivo de abordar este fenómeno y analizar estos datos, Asepeyo ha organizado en Sevilla una jornada sobre gestión responsable de absentismo, desde un enfoque de la implantación de una cultura empresarial que siente las bases para que los trabajadores se ausenten menos, física y psicológicamente. Asimismo, se ha analizado cómo se puede diseñar una estrategia empresarial que contemple aspectos relacionados con la organización del trabajo, el modelo de empresa saludable, la prevención de riesgos laborales y el cuadro de mando asociado, promoviendo una cultura de empresa segura y saludable. También se ha contado con los casos prácticos de Renault y Acerinox, que han aportado sus experiencias en la gestión del absentismo.
Al respecto, Ricardo Alfaro, director de Operaciones y Personas de Asepeyo, ha realzado “la importancia de minimizar el componente negativo de la voluntad deliberada del trabajador de no acudir a su puesto de trabajo, alejándose así de un enfoque centrado exclusivamente en la baja médica y, por lo tanto, en la función inspectora de su injustificación. La nueva gestión del absentismo debería priorizar el análisis de las causas de la inasistencia, ya que cuando una organización alcanza tasas inasumibles de absentismo laboral se requiere un nivel de abordaje más profundo, que escarbe en la propia organización empresarial, su cultura, sus procesos, sus relaciones internas y sus modelos de liderazgo”.