Con motivo de la celebración, el próximo 9 de abril, del Día Internacional de la Diversión en el Trabajo, la compañía de prevención laboral Unipresalud ha valorado la capacidad que un simple gesto como la sonrisa tiene de ayudar a los trabajadores a hacer más llevadero el día a día.
"La sonrisa puede ser el resultado o la causa de reacciones químicas en el cerebro que producen emociones positivas. Con una sonrisa se exterioriza nuestro estado de ánimo, un hecho que deriva en sentimientos y emociones positivas", explican.
El Dr. Óscar Galindo, director de Salud Laboral en Unipresalud, afirma: "La sonrisa es un pequeño gesto muy poderoso y fundamental para el bienestar y la salud de las personas, además de actuar como un mecanismo antiestrés muy efectivo". Así, cada vez que sonreímos, nuestro cerebro produce betaendorfinas, las morfinas de nuestro organismo que relajan, combaten la depresión, tranquilizan y estimulan el sistema inmunológico.
Diferentes estudios médicos afirman que a través de la sonrisa se pueden reducir las tres sustancias químicas del estrés. Así, según datos facilitados por los especialistas, al sonreír el cortisol disminuye sus niveles en un 39%, la adrenalina llega a situarse hasta un 70% por debajo de sus niveles habituales y la L-dopa cae hasta el 38%, indican. Galindo concluye que "el valor terapéutico de la risa se da tanto a nivel fisiológico como a nivel psicológico".
Por el contrario, el pesimismo, la negatividad y el desagradecimiento condicionan al comportamiento humano y llevan a conseguir malos resultados, pésimas relaciones y un gran malestar. "Una empresa u organización saludable fomentará las actitudes positivas, de agradecimiento y optimistas, cuidando los aspectos psicosociales de su plantilla", defienden los expertos, quien estiman que de esta forma la empresa estará cuidando "no solo el ambiente de trabajo, sino también la productividad de los trabajadores", que al estar felices tendrán un nivel mayor de implicación.
"En general, sonreímos menos con el paso de los años", lamentan los expertos. De hecho, según diversos estudios científicos los bebés empiezan a hacerlo en el tercer o cuarto mes de vida, y cuando cumplen los tres años lo realizan una media de 400 veces al día. Sin embargo, al llegar a la edad adulta, esta cifra disminuye hasta situarse en unas 15 o 30 sonrisas por día. "Cada uno de nosotros tiene el poder de mejorar las estadísticas", vaticinan los expertos, que proponen Unipresalud, quienes recomiendan lo siguiente: