El ejercicio es importante para tu salud, pero lo que comes (y bebes) lo es aún más. Ese es el principal mensaje de un editorial publicado esta semana en la revista British Journal of Sports Medicine, que advierte de la expansión de "un mito" que coloca a la inactividad física como el principal causante de la epidemia de obesidad que vive el planeta, dejando en un segundo plano la importancia de la alimentación.
Hay evidencias de que "una dieta pobre genera más enfermedad que una combinación de inactividad física, consumo de alcohol y tabaquismo", subrayan los autores, que recuerdan que no padecer sobrepeso no es sinónimo de salud. "Un 40% de los individuos con un índice de masa corporal normal albergarán trastornos metabólicos típicamente asociados con la obesidad, como la hipertensión" por culpa de su dieta, añaden.
Sin embargo, lamentan, a esta realidad apenas le prestan atención "ni los científicos, ni los doctores, ni los medios de comunicación ni los responsables sanitarios".
Los mensajes se han centrado en mantener un peso adecuado a través de contar las calorías, remarcan, "pero lo que es crucial es de dónde vienen esas calorías". Acto seguido, recuerdan que las últimas evidencias apuntan a que las dietas ricas en azúcares y carbohidratos se relacionan con peores resultados de salud.