Iberdrola es pionera en este territorio. La empresa aprobó en 2007 una jornada continuada para unos 9.000 trabajadores, cuyo horario actual es el de 7:15 a 15:30 horas, con un margen de 39 minutos en la hora de entrada y de salida. La compañía asegura que con la medida ha obtenido un impacto positivo tanto para los empleados como para la propia empresa. «La productividad ha aumentado en medio millón de horas anuales, se han reducido en un 20% los índices de absentismo y en un 15% los accidentes laborales», asegura su director de recursos humanos, Ramón Castresana.
La eléctrica cuenta también con un manual de conciliación con más de 70 medidas orientadas a facilitar la vida de sus empleados. Por ejemplo, las futuras madres tienen 15 días de permiso retribuido antes de la fecha prevista de parto. Y, al volver, disfrutan de una reducción flexible de su jornada a cinco horas diarias hasta que el niño cumple el año, sin que eso afecte a su salario. La reducción por lactancia es de 45 minutos en vez de los 30 fijados por ley, y la empresa reserva el puesto hasta tres años en caso de solicitar una excedencia tanto por cuidado de niños como de un familiar de segundo grado.
Mutua Madrileña es otra de las empresas que ha apostado por los beneficios de la conciliación. Los trabajadores de la aseguradora reciben una ayuda de 6.000 euros por el nacimiento de un hijo y el permiso de maternidad y paternidad retribuido se amplía en dos semanas adicionales a las legalmente establecidas (de 16 a 18 para las madres y de 15 días a un mes en el de los padres). Junto esto, el Plan Armonía puesto en marcha por la empresa contempla un abanico de opciones más «modestas», pero importantes para que sus empleados encajen con más facilidad las piezas del puzzle laboral y familiar.
La compañía fomenta el teletrabajo y da flexibilidad horaria a las embarazadas de seis meses. Además, extiende el permiso retribuido hasta un año para madres de trillizos, cuatrillizos o hijos con minusvalía general o superior al 33%. Cuando los niños ya van al colegio, Mutua asume el coste de los libros. Para Dulce Subirats, directora de recursos humanos de la compañía, los beneficios de esta política para la aseguradora son evidentes. «Nuestra política de conciliación ha reforzado más el compromiso de los empleados con la organización y esto se traduce en unas tasas de rotación y de absentismo muy bajas y en un nivel de productividad que nos sitúa entre los primeros del sector». «Al final es un tema de reciprocidad, si la compañía se implica con el profesional y le aporta soluciones en distintos momentos clave de su trayectoria vital, el empleado se sentirá partícipe de una organización y no un mero número y tratará de responder con la misma actitud», dice.
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