Dentro de unos años, todas las empresas parecerán 'start up', al menos en apariencia. El entorno físico tiene una incidencia real en la productividad y los costes. El futuro pasa por espacios más flexibles y nuevas tecnologías que permitan medir el rendimiento.
Comida y bebida gratis, gimnasio, guardería, lavandería, salas de reuniones coloridas, canchas de baloncesto, sillones para echar la siesta... ¿Te imaginas que tu oficina se asemejara a Googleplex, el campus del buscador online en Mountain View (California, EEUU)? No estamos tan lejos. Al menos, así lo vaticina Philip Ross, uno de los más reconocidos gurús del futuro del trabajo, que recientemente impartió una conferencia en la sede madrileña de la inmobiliaria Aguirre Newman.
Según Ross, todas las empresas, independientemente del sector, pueden -y deben- parecerse a una start up. Vodafone, Rabobank y Deloitte son sólo algunos ejemplos de cómo las oficinas creativas no son propiedad exclusiva de Silicon Valley. El espacio físico tiene una repercusión directa en los costes (metros cuadrados, consumo energético...) y en la productividad de los empleados. Por este motivo, los nuevos entornos de trabajo deberán tener en cuenta cuestiones como las siguientes:
* Qué empleados pueden teletrabajar... y cuáles no: Gracias a los dispositivos móviles y a la tecnología en la nube, un empleado puede conectarse a las soluciones corporativas desde cualquier lugar y dispositivo, igual que si estuviera físicamente en la oficina. No obstante, el teletrabajo tiene sus limitaciones.
* ¿Todos los trabajadores necesitan su propia mesa? La operadora británica Vodafone cuenta con mesas para el 85% de sus empleados. Esto es así porque la flexibilidad de horarios y el teletrabajo hacen posible optimizar el espacio de oficina.
* Una oficina atractiva para los 'nativos digitales'. Ross predice la desaparición del teléfono fijo en las oficinas, en un plazo de cinco años. "Aquellas empresas que aspiren a atraer talento joven deberán preguntarse qué pueden ofrecer a la Generación Z que ahora llega al mundo laboral", apunta este experto.
* Objetivo: alcanzar la máxima productividad: Nos dirigimos hacia un mundo conectado, donde todo se puede medir. En el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han puesto en marcha un curioso experimento: a través de una tarjeta identificativa inteligente, es posible saber cuándo un trabajador está de pie y con quién está hablando en cada momento.
* Retorno de la inversión: Toda inversión debe ir aparejada a un cálculo del retorno o, en este caso, del coste-beneficio. De media, una compañía que diseñe un nuevo edificio basándose en una filosofía de espacios abiertos y teletrabajo necesitará entre un 10% y un 30% menos de terreno. "A este ahorro hay que sumar la mejora en productividad y el impacto de una mayor colaboración entre los empleados", indica Ross.