El Grupo Santander anunció en mayo cambios organizativos que afectan de lleno a la vida de sus trabajadores. Flexiworking ha sido el término elegido para describir su nueva jornada de trabajo. Toda la plantilla tiene ahora un horario modulable de entrada y salida: de lunes a jueves deben llegar a la oficina entre las 8.00 y las 10.00 horas y pueden salir entre las 17.00 y las 19.00. Los viernes se trabaja durante 6,5 horas, a contar desde la llegada. Se habilitan fórmulas para facilitar el teletrabajo y el tiempo de duración de las reuniones, que siempre deberán celebrarse antes de las 18.00. El objetivo: mejorar la conciliación familiar para que aumente la productividad de los trabajadores.
No es la única gran organización que ha apostado por implantar medidas de este tipo en España, aunque sí la mayor: esta manera de entender el trabajo afectará a sus 187.000 empleados de todo el mundo. Iberdrola, Cepsa, Novartis, Coca-Cola o Kellog lo hicieron antes que el grupo que preside Ana Botín, y otras muchas tienen en marcha estudios piloto para sumarse a lo que ya es toda una tendencia. BBVA acaba de implantar también su propio modelo.
Desde la entidad aseguran que todavía no tienen datos concretos sobre los resultados de la implantación del flexiworking porque la adopción del plan está siendo progresivo. Sí tienen claro que el éxito del plan dependerá de la “responsabilidad, compromiso mutuo y dedicación de los empleados”. Por lo pronto, la plantilla ha acogido muy favorablemente las medidas, aseguran en el banco.
Las medidas más comunes:
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