El jefe de Seguridad de Cepsa, Álvaro Camacho Medina, comandó ayer la visita a las instalaciones del parque de bomberos de la compañía dentro de la última jornada del seminario 'Seguridad en la industria', que forma parte del programa del XXXV Curso de Verano de la Universidad de Cádiz (UCA) en San Roque.
«El parque de bomberos de la refinería es un referente a nivel industrial y con esta visita mostramos los medios, tanto móviles como materiales, de los que disponemos», explicó Camacho, coordinador del seminario.
Según aclaró, «se aplica la formación que tienen los propios integrantes del parque como el resto de operadores y personal de la refinería», incidiendo en que «mostramos la formación para actuar en caso de una posible emergencia, además de los entrenamientos, y sobre todo, el cuidado que tenemos en este aspecto».
La jornada de ayer, la última del seminario, se completó con tres ponencias, la primera 'La cultura de la seguridad desde la óptica de los recursos humanos', a cargo del licenciado en Derecho y máster en Recursos Humanos, José Alfonso Martínez Cueto.
La segunda llevaba por título 'Actuación inspectora en prevención de riesgos laborales: la conducta del trabajador. Especial tratamiento del artículo 29 de la ley 31/1995, de 8 de noviembre de prevención de riesgos laborales: Obligación de los trabajadores en materia de prevención de riesgos', impartida por el inspector de Trabajo y Seguridad Social en la Inspección Provincial de Cádiz, José Sánchez Guerra.
Por último, la coordinadora María Ángeles Martínez Caridad impartió la conferencia 'Gestión de la seguridad en la industria'.
Por otra parte, en el seminario 'Estudio biopsicosocial y bioético de las psicopatologías que llevan a conductas delictivas: ¿Locura o maldad?, crimen ...y ¿castigo?', celebró ayer su última jornada con la ponencia 'Posibilidad de intervención farmacológica ante la conducta criminal y la violencia sexual', a cargo del doctor en Medicina, Juan M. Ignacio. El ponente trató en su conferencia el abordaje con medicamentos de un problema que muchas veces es médico relacionado con una enfermedad mental y, en otras ocasiones, no está relacionado. «La agresividad y la violencia no siempre, quizá en el menor número de veces, es derivado de un problema mental. Hemos expuesto cuales son los medicamentos que tienen una actividad antiagresiva, como la fluoxetina o antiepilépticos, que son antiagresivos», señaló.
«Se han expuesto aquellas enfermedades mentales que se caracterizan por la agresividad y la impulsividad y otras que, aunque tienen un componente agresivo, no es lo característico», explicó.