Al drama humano que implica la siniestralidad vial en España, donde 1.688 personas se dejaron la vida en las carreteras el pasado año, se suma también el coste social y económico. Un informe publicado por la OCDE, titulado Seguridad Vial 2015, revela que los accidentes de tráfico le costaron al país cerca de 9.640 millones de euros en 2013. Este importe se refiere al gasto derivado de la atención —incluida la sanitaria— a todo tipo de víctimas y supone, según el documento, el 0,94% del Producto Interior Bruto (PIB). Las cifras de la DGT documentaron ese ejercicio 1.680 fallecidos, 89.419 accidentes, 10.086 personas hospitalizadas y 114.634 heridos leves. "Este problema conlleva un coste muy significativo para la sociedad", remacha la institución internacional.
El desglose de los datos de la OCDE revela que la mayor partida se dedicó a los hospitalizados: casi 4.190 millones de euros. A esta le siguieron los 3.140 millones destinados a los heridos; y los 2.310 millones para las víctimas mortales. "No se incluyen aquí los importes derivados de los daños a la propiedad privada", explica el organismo, que ha observado cómo el gasto de los accidentes en España se ha ido reduciendo en los últimos años. De hecho, según el informe del pasado año de la OCDE, en 2012 el coste ascendió a 10.490 millones de euros. Una cantidad que, comparada con la cifra publicada esta semana, implica una bajada del 9%. Además, un estudio de la Universidad Politécnica de Madrid ya señaló que en 1999 el gasto era de 14.480 millones.
En la comparativa con los países del entorno, España obtiene mejores resultados que países como Francia, Alemania e Italia. El coste de los accidentes asciende en estos países a 37.300, 32.500 y 24.340 millones de euros, respectivamente; lo que supone un 1,7%, un 1,2% y un 1,6% de su PIB.
Aunque el informe de la OCDE alaba los avances de España en materia de seguridad vial durante la última década, también pone el acento en varios frentes a mejorar. El primero: el "frecuente" consumo de sustancias psicoactivas entre los conductores. "El 12% admite haber tomado drogas o alcohol antes de ponerse al volante", destacan los autores del documento, que echan mano de las publicaciones sobre la materia del Instituto Nacional de Toxicología. Una de las últimas resalta cómo el 39% de los automovilistas muertos en 2014 habían bebido o consumido algún tipo de estupefaciente. "La cocaína y el cannabis se han convertido en un combinado espectacularmente notorio, novedoso y preocupante", alerta la DGT.
Otros de los aspectos que preocupan a la OCDE son el exceso de velocidad, que influyeron en "el 22% en los accidentes mortales"; y las distracciones, que fueron determinantes en el 38% de los siniestros con heridos. "Una de las razones es el uso del móvil mientras se conduce", continúa el documento publicado esta semana, que señala que la Guardia Civil denunció a 126.345 personas por este motivo en 2013. "Según los datos recogidos en varios estudios de la DGT, cerca del 3% de los conductores siguen utilizando el teléfono al volante", apostilla la OCDE.