La curva que mide el gasto en prestaciones por incapacidad temporal (IT) recuperó su sentido ascendente con el fin de la crisis, y hay un par de factores que lo explican. Las épocas de recesión económica se caracterizan por el aumento del paro, lo que implica que haya menos trabajadores protegidos.
La crisis marcó un punto de inflexión en 2008, año en el que se alcanzó el máximo gasto en IT (7.450 millones) y momento a partir del cual la curva comenzó a caer, coincidiendo con la etapa más negra para la economía española. Esta tendencia se invierte a partir de 2013, cuando el coste de las prestaciones había caído hasta los 5.000 millones de euros. Hoy el gasto destinado a esa partida (en los presupuestos de 2016) asciende a 5.404 millones, un 12% menos que el año anterior pese al imparable aumento del número de personas que solicitan la baja por incapacidad.
Las bajas por incapacidad temporal esconden un nivel de fraude significativo. Los costes derivados del absentismo laboral en las empresas suponen un promedio del 14,3% de la nómina, y los costes indirectos derivados de sustituir a los empleados ausentes son la mitad de los directos. Según Adecco, los precursores de bajas por IT no justificadas están relacionados con el ámbito familiar del trabajador, así como con la organización del calendario y el horario laboral.
La conciliación, las dificultades familiares y los problemas leves de salud que no justificarían una baja medica son los principales motivos. Tampoco pasan desapercibidos los conocidos como "efecto lunes" y "efecto puentes", o dicho de otra manera, la excusa para alargar los fines de semana. Su incidencia es mínima, al igual que la de otros factores como mal ambiente en el trabajo o 'mobbing'.
El 90% de las empresas controlan las ausencias mediante justificantes médicos o de otro tipo. Solo un 3% ofrece paquetes de horas anuales o sistemas de flexibilidad horaria que faciliten la conciliación. Los problemas de salud (como el dolor de espalda o las dificultades para dormir) aumentan entre los 40 y 60 años, mientras que la insatisfacción por las condiciones de trabajo se nota sobre todo a partir de los 45 y es mayor en las ocupaciones de baja cualificación.
Otros factores son el empleo nocturno o por turnos, las posiciones forzadas o dolorosas, la escasa libertad en el puesto, las malas perspectivas de carrera, el débil apoyo social, los plazos muy ajustados para terminar las tareas o la inseguridad laboral. ¿Cómo reducir las tasas de absentismo? Adecco propone una política empresarial basada en la prevención de riesgos laborales que promueva la salud tanto dentro como fuera del trabajo, así como medidas para racionalizar los horarios y facilitar el equilibrio con la vida personal.
Para ampliar la información: http://www.elconfidencial.com/economia/2016-07-26/baja-incapacidad-temporal-crisis-prestaciones_1236906/