En Europa, se calcula que 83 millones de personas (casi un tercio de la población adulta) han experimentado al menos un trastorno de salud psicológico. Pero la verdad es que esta cifra facilitada por la Organización Mundial de la Salud no refleja la verdadera magnitud del problema: seis países europeos están entre los 20 países con la mayor tasa de suicidios de todo el mundo. Los problemas psicológicos son, por tanto, un problema muy extendido, muy complejo y mortal.
Un estudio realizado en 2014 descubrió que Alemania es el referente europeo por su manera de abordar la salud mental. Y esto se debe principalmente a su buena seguridad social y a sus amplios programas de bienestar social subvencionados que han facilitado una mejor integración en la sociedad.
Otros países como por ejemplo Dinamarca, Noruega y Luxemburgo, ya han empezado a prestar atención y cuidados a las enfermedades mentales en centros no hospitalarios con el fin de facilitar la integración de los pacientes en la sociedad.
En este sentido, un reciente estudio de Fellowes ha revelado que un trabajo sedentario, además de ser el detonante de la desmotivación e insatisfacción de los empleados, es la causa subyacente de ciertos riesgos para la salud. Sin embargo, el mismo documento revela que no siempre se tienen los recursos ni has herramientas para abordar este problema.
Además, a esta situación se le suma que a los empleados les cuesta exponer abiertamente a sus superiores sus problemas de salud mental, dado que temen perder su trabajo, ser discriminados o se pueda truncar su trayectoria profesional.
Sin embargo, hay campañas como, por ejemplo, "Not Myself Today", que están ayudando a destruir dichas barreras. Esta iniciativa se lanzó en 2016 con el objetivo de concienciar a los trabajadores y que conocieran mejor las enfermedades relacionadas con la salud mental, para así reducir sus estigmas y promover una cultura laboral segura y favorable.
El estudio de campo más exhaustivo hasta la fecha, realizado por las universidades de Cambridge y Essex, demuestra que la frecuencia con la que la gente se mueve a lo largo del día se refleja directamente en la salud física y en la felicidad.
Además, un estudio realizado por Fellowes demuestra que el movimiento en el entorno laboral puede producir beneficios integrales para la salud de los empleados, aplicables a todos los trastornos, desde los dolores de espalda hasta la fatiga. El mensaje es contundente: es necesario estar activos, y algunas empresas ya han entendido perfectamente el concepto y ofrecen a sus empleados la opción de moverse más durante su jornada laboral.
Los directivos se han dado cuenta de que esto repercute positivamente en la salud integral de sus empleados y que, por ende, mejora su productividad. Esto, trasladado a cifras, supone que el 63% de los empleados reconoce que permanecería más tiempo en la empresa si se llevaran a cabo iniciativas a favor del bienestar. El 91% de los trabajadores opina que la salud en el lugar de trabajo debe ser a largo plazo y no soluciones rápidas y a corto plazo.