Más de dos tercios de los enfermos con fibromialgia cogen una baja laboral al menos una vez al año, y un tercio de estos pacientes debe abandonar su trabajo definitivamente, según diversos estudios que se han presentado en la jornada 'Diez años con la fuerza del primer día', organizada por la Financió per a la Fibromiàlgia i la Síndrome de Fatiga.
"Al eliminar la actividad laboral, se reducen las capacidades físicas del paciente y además le supone un gran golpe psicológico, puesto que el enfermo deja de sentirse útil", advierten investigadores del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, quienes han visto además publicados sus hallazgos en la revista 'Rheumatology International'.
La fibromialgia es un proceso reumático crónico que se caracteriza por dolor músculo-esquelético generalizado y fatiga. Afecta a muchos sistemas del organismo, "aunque incide de manera especial sobre el sistema nervioso y el autoinmune y tiene hasta 50 síntomas asociados", ha aclarado el doctor Joaquím Fernández, internista del Hospital Clínic de Barcelona.
A pesar de que puede darse en todas las edades, razas y grupos socioeconómicos, "afecta sobre todo a las mujeres", ha precisado. En concreto, el síndrome de fatiga crónica es una enfermedad que provoca en el paciente un cansancio tan intenso que impide realizar las tareas diarias más habituales.
"Las actividades físicas o mentales, a menudo, empeoran los síntomas, y el reposo por lo general no los mejora", ha señalado el director científico del Servicio de Reumatología del Hospital CIMA, el doctor Ferrán García.
Las causas de estas enfermedades son desconocidas, "sin embargo, algunos las infecciones, situaciones traumáticas como un accidente de tráfico, o episodios de estrés muy fuerte pueden desencadenar la enfermedad", ha precisado este experto.
Con estas patologías, "se estimulan los receptores del dolor, que quedan activados crónicamente, y se observa un descenso de la serotonina y un aumento de la sustancia P, ambas reguladoras del dolor", ha añadido.
Las investigaciones actuales se centran en el establecimiento de criterios diagnósticos internacionales y nuevos tratamientos biológicos, que todavía tienen una utilidad limitada y costes muy elevados.