Hace dos semanas, Jesús Egido (La Almunia de Doña Godina, Zaragoza) recibió el Premio Jaime I de Investigación Médica, uno de los galardones más prestigiosos de nuestro país, como demuestra que haya 22 premios Nobel entre los 98 miembros del jurado. "Es el reconocimiento de una labor colectiva de muchos años, y muchas veces callada. Sin mi equipo no hubiera sido posible conseguirlo", subraya el jefe del Servicio de Nefrología de la Fundación Jiménez Díaz, de Madrid.
Conoce como pocas personas los secretos de la hipertensión arterial y la diabetes, los grandes enemigos del riñón y, desgraciadamente, dos enfermedades cada vez frecuentes entre la población. Las dos están ligadas al estilo de vida y "tienen mucho que ver con las costumbres de los directivos: comer mal o en abundancia, con comidas con un alto contenido en sal y colesterol y hacer poco ejercicio físico".
Por el contrario, hay mitos muy establecidos como es que el consumo de café sube la tensión, aunque la realidad es que "la incidencia del café es muy discreta en la hipertensión, salvo para los grandes bebedores de café (10 tazas al día). Este es un mito que hay que desbancar. Más importante es reducir el consumo de sal", destaca.
Lo fundamental, "es prestar atención al conjunto de factores de riesgo, entre los que sobresale el sobrepeso. De hecho, el mejor modo de controlar la tensión arterial es perder peso, de forma que una disminución de entre el 5 y 7% de la masa corporal se asocia a una bajada de 5 a 10 milímetros de las cifras de tensión"
Egido, que ha descubierto algunos de los mecanismos de la hipertensión, es claro en su mensaje: "Hay que hacer ejercicio físico. Correr o trotar durante unos 40 minutos al día tiene un efecto similar al de un fármaco antihipertensivo. Además, mantiene a raya el peso, los niveles de glucosa y el estrés".
El especialista está acostumbrado a ver como cada año decenas de diabéticos e hipertensos se ven condenados a la diálisis porque su enfermedad ha deteriorado la función renal. Con el tiempo, muchos de ellos necesitarán por ello un trasplante. A pesar de estas perspectivas negativas, "el mensaje es positivo, porque los tratamientos actuales son muy buenos y son capaces de ralentizar el curso de la enfermedad".
Jesús Egido no se cansa de repetir que lo fundamental es prevenir y detectar precozmente la hipertensión arterial y la diabetes, una recomendación dirigida especialmente a los directivos, que "deben cuidar su salud y trabajar fuerte para crear puestos de trabajo. En estos momentos de crisis, necesitamos que los ejecutivos estén bien activos".