Un grupo de investigadores de la Universidad de Cantabria ha analizado, con modelos computacionales, la mejor forma de evacuar un AVE en caso de incendio. La participación activa del personal, la organización de los pasajeros para su traslado rápido, que todos estén listos para salir antes de que se detenga el tren y la cooperación para ayudar a las personas con movilidad reducida son algunas de las estrategias a seguir.
«Ante el incendio en un AVE conviene definir dos fases: una depreevacuación en la que se traslada a los pasajeros de un coche a otro con el tren en marcha, y otra de evacuación en la que salen del tren una vez que se ha parado», explica Daniel Alvear, miembro del grupo GIDAI de la Universidad de Cantabria.
Han analizado las mejores estrategias de evacuación en un tren de alta velocidad –con mucha más inercia y menos paradas que el resto– mediante herramientas de modelado y simulación computacional. «De esta forma se superan las limitaciones de los ejercicios de simulacro, que son costosos, poco realistas y con un número limitado de escenarios posibles», comenta Alvear.
Aun así, los datos de partida suministrados al ordenador proceden de un simulacro real llevado a cabo en 2009 por 218 personas en el interior del túnel de Guadarrama, entre Madrid y Segovia. El estudio ha contado con la colaboración de RENFE y se publica en el Fire Safety Journal.
Los resultados demuestran que la fase de preevacuación es «crucial», y que una estrategia óptima es culminar el traslado de pasajeros antes de que el tren se detenga. Con un software se puede determinar el número óptimo y máximo de coches que pueden ser evacuados para cada tipo de AVE, así como el tiempo adecuado para hacerlo.
En este proceso se han identificado dos aspectos clave. Uno es evitar que las personas que encabezan la fila de evacuados interrumpan el movimiento de los de atrás. La solución pasa porque un miembro de la tripulación aligere a los primeros y otro indique a los últimos que no se paren a recoger sus pertenencias, de tal forma que no se obstaculice en ningún momento el pasillo.
El segundo aspecto se refiere a la necesidad de evacuar a las personas conmovilidad reducida. Esta tarea es compleja debido a la estrechez de algunos pasillos del AVE, que dificultan el paso de sillas de ruedas, además del limitado número de miembros de la tripulación. Por estos motivos se recomienda la colaboración de todo el pasaje para ayudar a las personas discapacitadas.
Una vez que se detiene el tren es cuando se debe acometer la evacuación de los pasajeros, teniendo en cuenta el número de salidas disponibles. Si se hace directamente al andén de la estación más próxima, la disponibilidad de estas salidas dependerá de la estrategia de preevacuación y el tiempo que haya necesitado el AVE para frenar su marcha.
Para mayor información: http://www.abc.es/20120821/ciencia/abci-como-evacuar-201208211053.html