El transporte de personas y mercancías constituye un sector económico importante en nuestro país, con una serie de peculiaridades, requiriendo de una atención especial a las condiciones de trabajo que comporta. Ocupa a un colectivo importante de trabajadores, en su mayoría autónomos, que no tienen siempre facilidad de acceso al amplio marco reglamentario existente en materia de PRL.
Y además, la propia conducción de vehículos entraña graves riesgos por la multiplicidad de factores adversos a controlar, como las condiciones de seguridad del vehículo, las de las vías de circulación, los factores climatológicos que puedan limitar la capacidad de respuesta de la persona y del vehículo, las propias condiciones del puesto de trabajo de conducir con las necesarias adecuaciones ambientales y ergonómicas, y finalmente, el estado del conductor, que requiere de una situación de alerta permanente mientras se produce el proceso de conducción. Todo ello obliga a conjugar diversidad de medidas preventivas, todas complementarias entre si.
El vehículo a motor debiera ser considerada la máquina más peligrosa de nuestra
sociedad a la vista de los accidentes que genera, tanto los laborales, incluidos los en “itínere”, como los extralaborales. Por ello, son trascendentales las campañas de seguridad vial que desde las Administraciones se llevan a cabo para superar la lacra de la siniestralidad que aún pesa sobre nuestra sociedad, como los son también todos los esfuerzos a nivel educacional que se están haciendo y a los que el INSHT se suma, a través de acciones diversas.
Una de ellas, la presentación de este sencillo y pedagógico Manual, destinado a trabajadores autónomos con la finalidad de que éstos puedan autogestionar la PRL con las ayudas que fueren necesarias.
Disponible en el apartado Biblioteca de la presente web, www.cea.es/prl o en la web www.insht.es.