Los médicos siempre han recomendado una buena dieta y hacer ejercicio para mantener el cuerpo y la mente sanos. Ahora un estudio presentado en el Congreso Canadiense Cardiovascular apunta que realizar una actividad física mejora las funciones cognitivas del cerebro.
Un grupo de investigadores del Instituto del Corazón de Montreal desarrollaron un experimento en el que midieron las funciones cognitivas del cerebro de varios adultos a través de exámenes neuropsicológicos como también otros para comprobar la presión de la sangre y la capacidad máxima de tolerancia del ejercicio. Los canadienses liderados por el doctor Martin Juneau comprobaron que las personas participantes (edad media 49 años y con sobrepeso) experimentaron, además de los beneficios físicos, un incremento en sus funciones cognitivas.
Mathieu Gayda, co autor de este estudio, explicó a ABC.es que sometieron a los individuos a pruebas de la memoria a corto plazo, de atención cerebral, de velocidad del procesamiento mental y su felxibilidad. Todo esto se realizó con los cuerpos relajados, no durante el ejercicio. «Sin embargo, es posible medir la atención y velocidad del proceso cerebral durante la actividad física», declaró.
El doctor José Antonio Arias Navalón, decano de Medicina de la Universidad Alfonso X El Sabio, es experto en este tema y apunta que sí, el ejercicio es bueno para el cerebro. «El ejercicio en primer lugar, es bueno para el cuerpo en general, por lo que el correcto funcionamiento de unos órganos repercute favorablemente en el de otros, incluyendo el cerebro», explicó a ABC.es
Arias Navalón, que participará el próximo 9 de noviembre participará en la conferencia «¿Es bueno el ejercicio físico para el cerebro?» en la XII Edición de la Semana de la Ciencia señala que la práctica de ejercicio es importante por razones «neuropsicológicas». «Mejora nuestra autoestima, nuestra tolerancia al estrés y proporciona sensación de bienestar. Estas sensaciones podrían ser debidas a la liberación de sustancias escorpioides naturales producidas en nuestro propio cerebro», añadió que también puede tener consecuencias directas sobre el cerebro, por ejemplo, en «la atrofia relacionada con la edad o incluso, según algún estudio, el desarrollo de trastornos neurodegenerativos como la enfermedad de Alzheimer».
Para mayor información: http://www.abcdesevilla.es/20121029/sociedad/abci-ejercicio-listo-201210261210.html