La crisis económica ha disparado las tasas de obesidad a nivel mundial y el 17% de la población apunta al precio de algunos productos como principal escollo para llevar a cabo un estilo de vida más saludable, según las conclusiones del estudio Generación XXL, elaborado por Ipsos. Por ejemplo, las ventas de carne de cordero, vegetales frescos y fruta han bajado de forma considerable en Reino Unido en los últimos cinco años, mientras los productos envasados no paran de crecer y una cuarta parte de los británicos que iban a un gimnasio en 2008 se han desapuntado.
En Reino Unido un 23% de la población es obesa, el mismo porcentaje que en España, según señaló el año pasado el estudio ENRICA, que apuntaba a los niveles educativo y socioeconómico como los factores más determinantes para ser obeso. "El 29% de las mujeres que tienen educación primaria sufren este problema, mientras que la cifra baja al 11% en el caso de las universitarias. Las mismas diferencias se aprecian si se comparan las clases sociales más bajas con las más altas", señala Albert Lecube, cordinador del Grupo de Trabajo en Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinologia y Nutrición. En su opinión, la clave que explica estas cifras es el acceso a la comida. "Todo el mundo puede comprar comida rápida y alimentos precocinados con muchas calorías y a un precio muy bajo. Por un euro tienes una hamburguesa, mientras que las verduras frescas, el pescado o la carne de calidad tienen un precio más elevado", dice el doctor Lecube. Si se añade a la ecuación que cada vez somos más sendentarios, dormimos menos y tenemos más estrés, el resultado es una sociedad con kilos de más.
Pero lo realmente curioso es que la obesidad aumenta en todo el mundo, aunque de distinta forma. La paradoja es que en los países ricos afecta más a los pobres y viceversa, porque los productos que más engordan son más caros en los países en desarrollo y no todas las clases sociales pueden conseguirlos.
Sea de la forma que sea, estamos ante un problema enorme que se asocia a una mayor prevalencia de todo tipo de enfermedades (metabólicas, respiratorias, cánceres, cardiovasculares) y que reduce la esperanza de vida en 6 años de media. De hecho, "ya muere más gente en el mundo por sobrepeso que por falta de alimentos y nuestra generación será la primera que viva menos años que la anterior por culpa de este problema", señala Lecube.
Los investigadores trabajan en paliar esta epidemia, aunque de momento no hay un tratamiento que funcione. Los fármacos de los que disponemos producen pérdidas de peso moderadas y quizá el futuro pase por la combinación de varios medicamentos. De momento, lo más efectivo sigue siendo combinar una buena alimentación con ejercicio físico, aunque a veces sea algo complicado de cumplir. "Yo recomiendo empezar con pequeños cambios como poner menos cantidad en el plato, no comer entre horas o poner sólo medio sobre de azúcar en el café. No lo notará en un par de días, pero sí al cabo de unos meses", concluye Lecube.