director general de Seguridad y Salud Laboral de la Junta de Andalucía, José Antonio Amate, ha visitado este jueves la fábrica de cemento La Araña, propiedad de FYM-Italcementi para conocer, con detalle, la política de seguridad y salud laboral de la compañía. Así, ha podido conocer las medidas que desarrolla la fábrica, en materia de seguridad y salud laboral para los empleados y también cómo continúan en la cadena de producción, con proveedores y clientes.
Además, ha visitado las instalaciones acompañado del director de la fábrica, Enrique Álvarez-Cascos, y del jefe del Área de Seguridad, Víctor Salvo, y ha asistido a una demostración del sistema de seguridad de los camiones cisterna, así como la tecnología utilizada.
La empresa FYM-Italcementi dedica tiempo y recursos a desarrollar acciones de comunicación, formación y concienciación entre sus trabajadores de manera que sean ellos mismos quienes participen, propongan medidas y tomen conciencia de la necesidad de adquirir hábitos saludables y de protección en su trabajo. Durante el último año se han organizado más de 300 actividades con este fin, que representan el 40% del Plan de Formación. "Queremos mostrar que es posible compatibilizar la producción con la vigilancia extrema de la seguridad y salud laboral y por ello hemos continuado durante todo este tiempo, sin disminuir los recursos a pesar del momento actual" ha declarado Salvo.
'La Seguridad, un modo de vida', se ha convertido en el lema de actuación que se utiliza en las diferentes conferencias en materia de PRL, charlas sobre la seguridad y actividades en las que participan los trabajadores, y a veces, sus familias y los vecinos del entorno de la fábrica cementera.
Así, desde la empresa han señalado que la comunicación y la formación "son piezas claves de esta política pero sobre todo, la concienciación de los trabajadores". Éstos tienen un papel "primordial" en la iniciativa denominada 'Seguridad Solidaria', que consiste en medir los días transcurridos en los centros de producción sin accidentes laborales y trasladarlos a un sistema de puntos, canjeables por dinero. Al final del período los trabajadores eligen a qué proyecto solidario de su entorno destinar ese dinero. En los últimos años se han pintado viviendas en zonas necesitadas o se ha colaborado con el Banco de Alimentos de Málaga, entre otros.