Aunque el hormigón es el material más utilizado en los edificios, tiene un grave defecto: puede fácilmente agrietarse cuando está bajo tensión. Si estas grietas se hacen demasiado grandes, conducirán a la corrosión del acero de refuerzo, que no sólo da lugar a un aspecto poco atractivo, sino que también pone en peligro las propiedades mecánicas de la estructura. Es por eso que los ingenieros a menudo utilizan una cantidad mayor de lo necesario de acero dentro de la estructura de hormigón con el fin de prevenir las grietas que pueden llegar a ser demasiado grandes. Este acero extra no tiene ningún uso estructural y es una solución cara .
Otra manera de solucionar el problema de las grietas es poder repararlas, pero esto puede ser extremadamente difícil en estructuras subterráneas o de retención de líquidos. La solución definitiva sería autoreparación del hormigón, por ello los investigadores de la Universidad Técnica de Delft están trabajando en ello.
Mediante la integración las esporas de bacterias en calcita y en la mezcla de hormigón, es posible crear hormigón que tiene capacidades de autoreparación. Como el valor de pH del hormigón es muy alta, solo las bacterias llamadas alcalófilas son capaces de sobrevivir.
En la actualidad, su investigación se centra en la creación de las condiciones adecuadas para que las bacterias se reproduzcan lo mejor posible y se distribuya de manera homogénea el alimento para las bacterias.
El proyecto Cementeto Autoreparable de la Universidad Tecnológica de Delft forma parte de su programa de investigación de materiales en el Centro de Materiales Delft (DCMAT). Además, colaboran con la sección de Biotecnología de la Facultad de Ciencias Aplicadas y la Escuela de Minas de Dakota del Sur en los Estados Unidos.
Fuente de Datos: dcmat.tudelft.nl