El único mecanismo que tiene el ser humano para librarse el estrés es la huida. Sin embargo, existen situaciones de las que resulta muy difícil escapar, más aún si de ellas depende mantener nuestro nivel de vida.
Antonio Iniesta, presidente de la Asociación de Especialistas en Medicina del Trabajo de España –agrupa a 1.100 socios–, asegura que en estos momentos los cuadros de estrés son habituales: “La situación económica y la precarización laboral provoca un estado de ansiedad que si no se trata a tiempo puede tener consecuencias negativas, para la vida profesional y personal del individuo”.
Esto va más allá de una percepción particular. Según el informe Global Workforce Study, realizado por la consultora Towers Watson, un 74% de los españoles afirma estar preocupado por el estado de su economía a largo plazo, mientras que en el resto de Europa este sentimiento sólo le quita el sueño al 52% de los trabajadores. El estudio afirma que esta situación está provocando que prácticamente la mitad de la población sufra excesiva presión en su trabajo.
Los índices de estrés han aumentado: en 2010 el 43% los profesionales españoles manifestaba esta sensación. Si el dato actual se compara con los resultados obtenidos en otros países europeos, un 35%, nos encontramos muy por encima de la media.
Iniesta reconoce que hay perfiles más vulnerables que otros: “Los puestos que gozan de mayor autonomía tienen menos estrés, porque pueden dirigir su jornada laboral. De hecho tienen menos patologías psiquiátricas que los profesionales que trabajan por cuenta ajena”. Añade que esto tiene su lógica: “Si el trabajo lo has escogido tú y te gusta, la tolerancia al estrés es mayor. Por ejemplo, un celador puede llegar a tener más bajas reales que un médico”.
A juzgar por los resultados de este informe, el nivel de estrés que padecen los españoles no se reducirá a medio plazo. Los empleados creen que la situación no mejorará a corto plazo, sino que irá a peor y aumentarán las cargas de trabajo: un 48% piensa que su empresa espera que los profesionales trabajen más horas de lo normal durante los próximos tres años, aunque un 60% afirma que desde el año 2009 ha ampliado su jornada laboral más de lo normal, un porcentaje superior al 52% de los trabajadores que lo afirman en la muestra europea.