Las nueve de la mañana. Hora de incorporarte a tu puesto de trabajo y momento también de comenzar a bregar con los compañeros de faena; ésos que a menudo frenan tu ritmo y minan tu moral. David Comí, socio director de Incrementis, y Jonathan Littman y Marc Hershon, autores de Cómo rebelarse en la empresa, describen algunos de los más molestos:
1. El criticón: Le encanta comentar los defectos de los demás y sacarlos a relucir. Necesita desprestigiar para camuflar su falta de seguridad. El único objetivo es ofender. Para minimizar su efecto no te pongas a la defensiva, ni entres en su juego. Acéptale sólo la crítica justificada, pero nunca la parte exagerada o fuera de contexto.
2. El impulsivo: incapaz de manifestar lo que siente si no vocifera o golpea la mesa. Demuestra inmadurez y pérdida de control. Ante un compañero así, no te tomes sus rabietas como un ataque personal.
3. El negativo: encuentra amenazas en todas las propuestas y soluciones y todo le parece "imposible". Para controlarle déjale hablar y escucha sus objeciones para que se desfogue. Después trata de que lo demuestre con pruebas empíricas.
4. El manipulador: utiliza medias verdades para su propio beneficio. Para él las personas son sólo un medio para conseguir sus objetivos. Para neutralizar a un manipulador lo más recomendable es comprobar discretamente la veracidad de lo que dice. Es fundamental transmitir firmeza y asertividad.
5. El dictador: le gusta intimidar y mostrarse arrogante. Es intolerante con la actitud de los demás y no soporta a los que no piensan como él. Para convivir con él hay que ir al grano y estar cargado de hechos. Nunca te sometas ni muestres conductas de sumisión, porque pensará que eres débil. Es clave saber usar con él un tono de voz directo, claro y conciso.
6. El mentirosillo: inseguro, desorientado e incapaz de ser sincero por falta de confianza. No te dejes embaucar por su falsa amistad. Sé directo y pídele su opinión, verás cómo se viene a menos.
7. El ‘hoja de cálculo’: incordia a todo el mundo con su exagerado sentido de las reglas, a la vez que chupa hasta la última gota de energía y diversión a cualquier iniciativa. Trata de reconvertirle ayudándole a exponer ideas descabelladas y a disfrutar de la improvisación.
8. El ‘oveja’: la amplia mayoría. Es el más exasperante e irreductible, el defensor de las ideas comunes. No es que sea incapaz de pensar por sí mismo, sencillamente es que no lo hace porque no quiere.