Para Montse Ventosa, fundadora de Truthmark, lo primero es no tener miedo a los conflictos: “Son algo innato al ser humano y muy común en nuestra cultura”. Un conflicto no es sólo sinónimo de pelea y violencia. José Manuel Casado, presidente de 2C, recuerda que “significa diferencia de opinión. Y esto en las organizaciones es una fuente de innovación y creatividad. Hay jefes que incluso la fomentan como canalizador de energía y competitividad”.
Pero, ¿cómo reaccionamos ante un enfrentamiento? Sólo hay 2 opciones: afrontarlo o evitarlo. Los expertos coinciden en que huir es siempre una mala opción, porque el problema no desaparece, queda como un rescoldo que en cualquier momento puede revivir y explotar de manera más agresiva. A estas dos opciones Ventosa añade otra reacción: “La queja por sistema, protagonizada por trabajadores que lo que hacen es provocar constantemente a sus compañeros. En estos casos, oculta a un profesional inseguro que quiere llamar la atención”.
La solución llega cuando se averiguan sus causas. La mayoría tienen su origen en una lucha de control del poder, pura competencia. Casado explica que la mala comunicación interna y una equivocada asignación de los roles de cada miembro del equipo son los principales detonantes. En cualquier caso, cuando ha saltado a la luz la discrepancia, la solución tiene que buscarse entre las partes implicadas: “Recurrir a un superior para que medie sólo daña la imagen del profesional, subrayando su falta de habilidad para trabajar en equipo”, dice la socia de Truthmark.
Manual para afrontar las disputas:
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