Se calcula que entre un 10% y un 17% de las bajas laborales en España son consecuencia de la gripe estacional. Esta enfermedad representa el principal motivo de absentismo laboral en nuestro país y conlleva una media de entre 5 y 7 días de baja laboral. En términos de costes en horas laborales, las bajas ocasionadas por la gripe suponen anualmente unas pérdidas de 60 millones de horas de trabajo, lo que se traduce en un coste anual de unos 215 millones de euros. Según un informe de Unipresalud, compañía especializada en la gestión de la seguridad y la salud de los trabajadores y la integración de la PRL en la organización de las empresas.
La gripe es una enfermedad infecciosa de las vías respiratorias causada por un virus. Entre sus características más importantes está su elevada capacidad de transmisión de una persona a otra. La probabilidad de contagio de la gripe estacional es 5,72 veces superior entre las personas no vacunadas, por lo que la vacuna de la gripe común posee un nivel de respuesta altamente positivo. “La vacunación preventiva es la única protección eficaz para evitar su propagación en el lugar de trabajo, reduciendo así las posibles bajas laborales que pueda causar esta enfermedad”, afirma Óscar Galindo, médico especialista en Medicina del Trabajo y director de Salud Laboral en Unipresalud.
La vacunación contra la gripe común está indicada como medida preventiva de salud en la población laboral. “Los trabajadores afectados por la gripe que no se han vacunado de forma preventiva y que permanecen en su puesto de trabajo sin darse de baja, no sólo reducen su productividad en un 50%, sino que aumentan el riesgo de contagio a sus compañeros”, explica el doctor Galindo. Asimismo, esta vacuna está especialmente recomendada para los grupos con mayor riesgo de sufrir complicaciones por la gripe como enfermos crónicos (asma, diabetes, obesidad mórbida…), mujeres embarazadas, personal sanitario y de servicios públicos.
Si se tiene en cuenta que la mayor incidencia de la gripe estacional tiene lugar entre diciembre y febrero, el hecho de iniciar la vacunación a mediados de octubre se considera óptimo para conseguir la máxima protección durante los meses más fríos y más propicios para contraer la enfermedad.
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